sábado, 23 de abril de 2011

Capítulo 2.

[~Narra Sally~]
Espero que a Jane no lo hayan regañado mucho, ella no hizo nada. 

En fin, ahora estoy en clase de Historia y, sinceramente, me estaba durmiendo, era demasiado aburrida esta clase. 
Luego de media hora sonó la campana de salida, ahora tocaba descanso, 40 minutos. Recogí mis cosas y salí de la clase para ir a buscar a Jane, no tenía ni la menor idea de dónde estaba ella. Di vueltas y vueltas intentando buscarla, y no la encontré, pero en su lugar… encontré a Tom.
- Hola Sally. –Dijo Tom amablemente acercándose a mí.-
- Ho-hola Tom. –Oh mierda, otra vez tartamudeo, venga Sally, respira y tranquilízate.-
- ¿Qué haces aquí sola?
- Pu-pues… estoy buscando a Jane… Pero no la encuentro por ninguna parte…
- ¿No estaba en clase contigo?
- No… La mandaron al aulesco junto con tu hermano.
- ¿Bill? Pero bueno, ¿qué se supone que han hecho esos dos?
- Bill se negó a contestar a una pregunta de inglés y se puso muy borde con el profesor y Jane por hablar en bajito.
- Bill es idiota. –Suspiró Tom.- En fin, ¿te vienes a tomar algo?
- ¿Eh? –Abrí los ojos como platos, cada vez me ponía más nerviosa. Oh vamos Sally, no tienes por qué estar nerviosa, conoces a Tom desde que vives en Hamburgo, hay confianza, no hay por qué preocuparse.- Claro, vamos. –Sonreí.-

Tom y yo fuimos a la cafeteria del instituto,nos sentamos en una mesa y yo me ofrecí a ir a pedir algo él se quedaba cuidando el sitio.
[~Narra Tom~]
Sally se fue a pedir algo, yo mientras la observaba. De repente oí una voz masculina atrás de mí y me giré para ver quién era y, era mi gemelo Bill.
- Hola Tom. -Dijo Bill sentándose en la silla.-
- Hola Bill. -Dije sonriendole.- Oye... me ha dicho por ahí un pajarito que te mandaron al aulesco por contestarle a un profesor. ¿Es eso cierto?
-Bill alzó una ceja.- Y... ¿quién ha sido ese pajarito? ¿No habrá sido más bien una pájara con el pelo morado, hm? -Dijo Bill cruzándose de brazos poniendo cara seria.-
- No, Jane no me lo ha dicho, y no la llames pájara. Y tampoco te diré quién me lo dijo. Pero me interesa saber qué es lo que pasó.
- Es simple, el profesor me tocó los huevos con sus preguntitas.
- Oh Bill por Dios. ¿Cuándo vas a dejar de comportarte como un capullo? Sé que te duele lo que te dice la gente, pero no la pagues de esa manera, el que sale perdiendo eres tú.
- ¿¡Qué?! -Dijo levantándose de la silla.- ¡Tú no sabes como es ser yo! ¡No sabes lo que es que te digan que tienes pinta de mujer, que te digan que eres gay y que tienes pinta de zorra chupa-pollas! ¡TÚ NO SABES CÓMO COÑO ME SIENTO YO! -Dijo Bill entre gritos, yéndose de la cafetería.-
- ¡Espera Bill! -Dije levantándome yo de la silla. Él tenía toda la razón, no sé cómo se siente, no sé que siente cuando le llaman todas esas cosas, tengo que disculparme con él, luego le pediré perdón.- 
- Siento la espera. -Dijo Sally con una bandeja en la mano dejándola en la mesa.-
- No pasa nada. -Sonreí.- 
- ¿He tardado mucho? -Dijo Sally cogiendo su vaso y bebiendo de él.-
- No, de todas formas estaba algo entretenido, estuve hablando con Bill.
- ¿Y qué te dijo?
- De todo...
[~Narra Bill~]
Me fui de aquella cafetería y me salí del instituto gracias a que las puertas principales estaban abiertas. Por suerte no había vigilancia alguna. ¿Qué me comporto como un capullo? Fue a hablar el que juega a acostarse con una mujer diferente cada noche de todo el año. En fin, me fui a un parque y me subí a la casita de un tobogán y me senté poniendo mis pernas contra mi pecho sujetándolas con mis manos. Necesitaba pensar, estar solo. 
- ¿Por qué me juzgaran solo por lo que ven por fuera? -Pensé en voz alta.-
Apoyé mi cabeza sobre mis piernas y cerré los ojos. Luego de dos minutos o así, oí unos pasos que se acercaban a mí. Alcé un poco la vista y vi unas deportivas de color negro y morado, alcé la vista del todo y vi que era Dunkel. 
- ¿Qué coño haces tú aquí? -Pregunté en tono borde.-
- Me encanta como me saludas, eres taaan agradable... -Dijo con ironía sentándose a mi lado.-
- Bóh, déjame en paz, quiero estar solo.
- ¿Sabes qué? Que no quiero dejarte solo. -Sonrió ella.- Te recuerdo que... somos compañeros de trabajo.
- Bóh.
- Tenemos que quedar en alguna de nuestras casas para empezar a hacer el trabajo, ¿no crees?
- Queda todavía una semana. 
- Pero esa semana puede pasarse rápido, mejor empezar ahora y no después. Así que elige tú en cuál casa.
- Suspiré.- ¿En la mía?
- Está bien, pero, ¿dónde vives?
- Espera, te lo apunto. -Acerqué mi mochila y la abrí, cogiendo un cuaderno y un bolígrafo para escribirla mi dirección. Luego de escribirlo, arranqué la hoja y se lo di.- Esa es mi dirección.
- Gracias. -Dijo ella sonriendo y guardándose el papel en el bolsillo del pantalón.- Bueno me voy ya. Nos vemos está tarde a las 17:00 en tu casa. Hasta entonces, Bill. -Dijo levantándose y yéndose.-
[~Narra Jane~]
No sé lo que me esperaría está tarde en casa de Bill, aunque creo que va a ser algo difícil, porque parece que no hay manera de que sea amable. Yo intento ser amable con él, pero parece que la compañía le molesta, parece ermitaño. En fin, tendré que armarme de paciencia con él.
Me había concentrado tanto en otras cosas que me olvidé de las clases, ya ni sabía que hora era, así que miré la hora y ya eran las 13:44, faltaba aproximadamente una hora para que las clases de hoy finalizaran, ya era una tontería que me molestara en ir a clases, así que me quedé en la puerta, esperando a que tocará la campana para que Sally saliese. Estuve aburriéndome durante una hora y media, más de una vez pensé en ir a la casita del tobogán en donde estaba Bill, pero no quería molestarle, todos necesitamos estar solos. No sé por qué, pero... estoy deseando que llegue esta tarde para estar con él, tengo curiosidad por saber lo que es pasar una tarde al lado de Bill, no es que me lleve muy bien con él pero... se intentará al menos. Oh mierda, un momento, está tarde se supone que había quedado con Sally, mierda mierda mierda. Ogh, por una parte quiero ir con Sally porque ella está algo deprimida y quiero animarla, pero... por otra parte quiero ir con Bill. Ay por la perra loba. Bueno, lo consultaré con Sally, sí, eso haré, será lo mejor. 
De repente la campana sonó, ya habían acabado las clases, por fin salía Sally, pero no la veía, quizá salga después, en fin, la buscaré. 
- ¡Ahí está! -Pensé en voz alta cuando vi a Sally.- ¡Saaally! -Grité corriendo hacia ella.-
- ¡JANE! -Gritó poniendo sus manos sobre mis hombros.- ¿Dónde se supone que te habías metido? ¡Te estuve buscando!
- Es una laaaaarga historia, vamos, te contaré por el camino. -Le conté todo desde el principio a Sally mientras caminábamos hacia nuestras casas, y también le dije lo de esta tarde.- Y bueno, eso es todo.
- Mama mía. Haber que me centre... Bill y tú tenéis que hacer un trabajo de cualquier cosa en inglés.
- Así es. 
- Y digo yo... ¿vas a tener la suficiente paciencia para aguantarle? Se le ve muuuuy borde al chaval.
- Lo sé. -Suspiré.- Pero... será divertido e interesante.
- Que fuerte. Entonces... el plan que teníamos tú y yo para esta tarde, como que no, ¿verdad?
- Lo siento mucho Sally.
- No pasa nada Janecita. -Sonrió ella.-
- Que buena eres Sallycita. 
- Lo sé. -Rió ella levemente.- Bueno, hasta mañana Jane, que lo pases bien esta tarde. 
- ¡Adiós! -Dije entrando a mi casa.- 

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